La Pagaza piquirroja, Hidroprogne caspia, Caspian tern, Sterne caspienne, es el charrán más grande de la región y
diría que uno de los más escasos en la
costa cantábrica, se presenta en números muy discretos en los
pasos primaverales y especialmente en
los otoñales durante los meses de agosto,
septiembre y octubre.
Sus paradas suelen ser muy cortas, incluso de horas, aunque hay ejemplares que
pueden permanecer unos pocos días, sobre todo si acompañan aves juveniles en tareas de adiestraminto en sus lances de pesca.
Observar esta especie
es, por decirlo de alguna forma, una cuestión de suerte, eso sí, cuando estos
charranes entran en un estuario su presencia es muy notable, los reclamos del joven y
las ásperas respuesta del adulto, muy
parecido al de las garzas reales, llenan el espacio llamando rápidamente nuestra atención, entonces podemos
ver su inconfundible imagen de charrán
con un gran pico rojo brillante,
sobrevolando de forma potente el interior de los estuarios sobre las demás aves.
Durante este fin de
semana hemos podido ver un adulto y un joven de pagazas piquirrojas en
las marismas de Colindres, anecdóticamente los dos ejemplares están anillados y
el joven además de llevar la anilla metálica porta una anilla de plástico rojo de lectura a distancia
con el código MCX y gracias a la consulta a Antonio Gutiérrez, hemos podido saber que se trata de
ejemplares procedentes de las costas bálticas de Suecia. Hemos remitido la ficha de la observación a la
oficina del museo de historia natural para que conste la presencia de ambos
ejemplares en aguas cantábricas.
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