Alcatraz atlántico, Morus bassanus, Northern gannet, Fou de Bassan Ejemplar inmaduro en el puerto de Santoña, con un aparejo enredado en su cuerpo y tristemente candidato a una muerte agonizante victima de la mala suerte.
Entre el pasado miércoles 28/6 y el sábado 1/ de julio el Golfo de Bizkaia
ha sufrido el paso de una depresión atmosférica de características invernales,
de hecho en las cumbres de la cordillera Cantábrica y de los Pirineos se
ha visto nieve, ¡en pleno verano!
Una baja típica de invierno y de una duración de aproximadamente 100 horas
en verano con vientos moderados que han puesto a prueba la condición de
muchas aves marinas.
En estos días hemos visto en esta parte del Cantábrico las cinco
especies de pardela, incluyendo los primeras pardelas cenicientas
boreales y las grandes migradoras transecuatoriales: las pardelas
capirotadas y las pardelas sombrías, además de nuestras pardelas baleares y también las
pichonetas. También ha sido generalizada la observación costera de paíño
europeo o de charranes comunes y además algunos charranes rosados en el abra de
Bilbao, en la marisma de Santoña o en las costas gallegas, sin duda unas
observaciones curiosas para las fechas que corren y más sabiendo que la
mayoría de los pajaros reproductores,
están ocupados en eso, en su tarea reproductiva, más o menos lejos de nuestras
costas.
Particularmente me ha sorprendido la fuerte presencia de alcatraces atlánticos en aguas
costeras con tasas de paso de 50
ejemplares/hora el día 29; 65/h el
día 30 de junio en Castro o los 200/h el 1 de
julio durante el censo RAM en Ajo. Son unas tasas, que más que ir bajando con el paso del frente atlántico, como en cualquier temporal, han subido y una extrapolación
nos acerca a la cifra aproximada de 7500 ejemplares durante el intervalo diurno y que se mantuvo en estos cuatro días y pico que ha durado el mal tiempo.
El 96.8 % han sido ejemplares inmaduros y es obvio ya que los adultos se encuentran sacando adelante a
la nueva generación que en pocos días llegarán a nuestras aguas en su paso
migratorio hacia los mares africanos en busca de sus lugares de invernada.
También ha sido importante la presencia inusual de ejemplares de esta especie en aguas interiores, en estuarios y rías cantábricos en busca refugio de las duras condiciones existentes en aguas abiertas. Si el día 29 eran 19 en el interior de la ría del Asón , el 1 de julio pude contar con Antonio Sanz más de 74 alcatraces entre Santoña y Colindres, la mayoría echados en el agua y otros, aprovechando que escampaba de vez en cuando, para hacer sus típicos picados a escasos metros de los muelles del puerto. Yo nunca he visto tal número en ese sitio.