Así me miraba: no se sabe quien alucinaba más, si ella por alcanzar tierra viendo a uno con prismáticos en el cuello en medio de la lluvia persistente y el frío cantábrico. O yo asistiendo a su llegada a tierra tras pasar la mar en medio de una dificil borrasca átipica que adelanta un mes el invierno.
Así es, con una mañana mojada y muy fresca el panorama no era demasiado alentador, pero por probar nada perdía, así que me he subido al Rebanal. Mis escasas observaciones de esta especie de ave nocturna migradora en general las había tenido a buena distancia, digamos que disfrutonas.
Pero lo de hoy ha sido pura generosidad de un día gris que a priori no parecía prometedor. La lechuza campetre, Asio flammeus, o buho campestre ha llegado lentamente a tierra, a mi altura, con viento fresco de sureste de cara y una persistente lluvia que no me parecía un buen compañero de viaje.
Nada más alcanzar el acantilado la lechuza campestre se ha echado en el primer otero de su gusto y ahí ha tomado un respiro para recobrar fuerzas, la lluvia seguía mojandolo todo y este buho creo que hoy dormirá tranquilo, con la tierra firme bajo sus pies.
Así ha quedado durante unos minutos, sin quitarme la vista de encima, alucinando, como yo, Bienvenida¡¡¡
Bestial! Enhorabuena
ResponderEliminarSí señor, una observación de las muy buenas y las fotos se salen. Enhorabuena Jesús...
ResponderEliminarExcelente, Jesús. Me acuerdo de la costa oriental de Inglaterra en ocubre-noviembre cuando a veces pudimos ver hasta 20 llegando de Escandinavia en una mañana.
ResponderEliminarMuy chula la observación Jesús. Enhorabuena
ResponderEliminarEn el momento justo, en el lugar correcto. Grandes fotos y aún mejor los comentarios. ¡Enhorabuena!
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